LA TRATA DE PERSONAS
INTRODUCCIÓN:
LA TRATA DE PERSONAS TIENE UN IMPACTO DEVASTADOR EN LAS VICTIMAS INDIVIDUALES QUE A MENUDO SUFREN ABUSO FÍSICO Y EMOCIONAL,VIOLACIÓN AMENAZAS SABRE ELLOS MISMOS Y SU FAMILIA,ROBO DE DOCUMENTOS Y HASTA LA MUERTE, PERO EL IMPACTO DE LA TRATA DE PERSONAS VA MAS ALLÁ DE LAS VICTIMAS INDIVIDUALES.SEGURIDAD DE TODAS LAS PERSONAS.
Siempre que el mundo es victima de una catástrofe natural, somos sacudidos por imágenes televisivas y fotográficas que nos permiten sentir por un momento el dolor y la desesperación de los afectados. Las imágenes de la "muerte" y desolación quedan marcadas en nuestra memoria y regresan para recordarnos que lo malo no ha pasado.
Evidenciándose en el tráfico de personas una clara violación de los derechos humanos y tiene efectos dañinos en las víctimas, sus consecuencias son también perjudiciales para la sociedad en general. El tráfico de personas destruye redes familiares y sociales debilitando un pilar fundamental de la sociedad. Debido a que el traficar frecuentemente se desarrolla en comunidades específicas; niños y mujeres jóvenes pueden optar por esconderse para evitar ser traficados, con efectos adversos en su educación y en sus familias.
El tráfico de personas también incentiva el crimen organizado y priva a los países de capital social y humano .Ya que también es una preocupación pública para la sociedad. Particularmente en países donde la corrupción predomina, el tráfico de personas subvierte la autoridad gubernamental aún más.
Y el compromiso es de enfrentar ese comercio despreciable mediante los Derechos Humanos. Pues, en ninguna otra condición, los Derechos Inalienables de la Persona Humana son tan mancillados como cuando ella se transforma pura y simplemente en una mercadería de consumo para el placer de algunos.
Ya que el tráfico de personas exige medidas valientes y eficaces por parte del Estado. El papel de la sociedad civil también es importante. A este respecto, diversas organizaciones denuncian desde hace años este problema.
Finalmente, dicho problema tiene un enorme costo económico por la pérdida de la capacidad productiva de sus víctimas y aquellos afectados por el tráfico por que no solo dañan a la persona sino también a los que lo rodean.
Los Medios de Comunicación y las modernas tecnologías como Internet, a la vez que desempeñan la noble tarea de informar y denunciar estas situaciones degradantes de la persona humana, contribuyen, también, a favorecerlas mediante la publicidad, los anuncios de ofertas sexuales y la pornografía. Se convierten así, en función de los ingresos económicos, en cómplices de este mercado de seres humanos.
Sería un buen síntoma de recuperación moral el velar cuidadosamente por el tipo de mensajes que circulan por tan poderosos medios.
Consiste en el comercio, intercambio o transporte de seres humanos, en su mayoría mujeres y niñas. Que luego se vuelven prostitutas o hacen trabajo doméstico bajo engaños y maltratos en el caso de las mujeres y los hombres trabajos duros en campos y granjas a beneficio de su empleador.
En este movimiento de personas usualmente existe intimidación y se da bajo violencia, el empleador actúa controlando su libertad y decidiendo a dónde van, con quién están y cuánto dinero les da por su trabajo.
Ocurre mucho en las fronteras y es una de las formas en las cuales los criminales ganan más dinero. Su principal destino son las grandes ciudades de los países desarrollados. Es imposible saber cuántas personas son traficadas, pero según estudios hechos por el gobierno de los Estados Unidos se calcula que entre 600,000- 800, 000 personas son traficadas por año.ya que esta es una realidad alarmante para los países.
Formas para el trafico de personas:
a) Tráfico sexual, en el cual un acto sexual comercial es inducido a la fuerza, de manera fraudulenta o en el cual la persona inducida a cometer dicho acto no ha cumplido los 18 años de edad
b) El uso de la fuerza o fraude en el reclutamiento, amparo, transporte, provisión y/o obtención de personas para realizar labores o servicios con el propósito de someterlas a trabajo involuntario, peonaje, servidumbre por deudas o esclavitud
El tráfico de personas, propiciado por una cultura economista y materialista, que ha olvidado el carácter sagrado y la dignidad de la persona humana, es una de las más escandalosas formas de reducción del ser humano a pura mercancía.
Hay que reconocer, además, que buena parte de las personas prostituidas a través de las redes de tráfico tenían previamente conculcados sus derechos más elementales.
Hay que reconocer, además, que buena parte de las personas prostituidas a través de las redes de tráfico tenían previamente conculcados sus derechos más elementales.
La entrada en ese tráfico no hace sino profundizar la marginación en la que ya vivían. La mujer, auténticamente "vendida" en estas redes, vive en una situación de extremada pobreza.
Ya hemos señalado que la finalidad del tráfico de personas tiene como destino, en una proporción importante, el mercado del sexo, y que éste está condicionado por la demanda, es decir, por los "clientes".
Los niveles sociales de tolerancia ante este hecho evidencian, junto a la degradación moral de quien hace uso de los servicios sexuales por dinero, una profunda injusticia que entraña una quiebra de valores éticos en nuestra sociedad.
De la misma forma se denuncia la injusticia, el relativismo y el subjetivismo moral que están presentes en nuestra sociedad, y subrayar que "a causa de su dignidad personal el ser humano es siempre un valor en sí mismo y por sí mismo y como tal exige ser considerado y tratado. Y al contrario, jamás puede ser tratado y considerado como un objeto utilizable, un instrumento, una cosa".
Hallamos en este fenómeno la raíz misma de la inmoralidad de la prostitución como negación radical del amor humano. A la esencia del mismo pertenece la entrega personal y afectiva desinteresada, mientras que a la esencia de la prostitución corresponde, por el contrario, el lucro y la utilización de las personas como mercancía.
Queremos insistir en la urgente necesidad de educar en una cultura asentada firmemente en valores como la dignidad insobornable de todo ser humano y el respeto a sus derechos; y poner los medios necesarios para que estos comportamientos degradantes sean objeto de una firme reprobación ética y social.
Y es preciso que se erradique la injusta y demoledora mentalidad, según la cual la mujer es la primera víctima, que considera al ser humano como una cosa, un objeto de explotación comercial, un instrumento de interés egoísta, o de sólo placer.
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